domingo, 12 de abril de 2009

Vida cachaca: Bogotá

9 de abril, jueves "santo"

17 horas de viaje (durmiendo cual lirones) como si nada, despertamos en la capital colombiana. Desde la terminal fuimos directo a la casa de Pablo (nuestro ángel de la guarda) y Ricardo, que nos esperaba con una ducha caliente, toallas perfumadas y sábanas limpias. A Ricardo no lo pudimos conocer porque estaba de viaje trabajando, pero Pablo nos atendió perfecto y logró hacernos sentir como reinas.
Después de acomodarnos salimos a un almuerzo tardío y en la tardecita, Transmilenio de por medio, fuimos hasta el centro. Al llegar, encontramos hordas de gente (cual subte B en hora pico) colmando las calles: eran los feligreses con la brillante idea de hacer colas interminables para visitar no sólo una, sino siete iglesias. Ante esta escena dantesca, desistimos del paseo y nos sentamos a beber una cerveza. Tuvimo que correr el último Transmilenio para volver a casa a dormir.


Viernes "santo" 10 de abril

Amanecimos con la ciudad totalmente muerta por el feriado y después de un abundante desayuno con waffles y maple syrup, pasamos toda la mañana haciendo vida hogareña.
A la tarde se emparchó la antigua Barra de Lima: Claudia y Andrés, los colombianos que habíamos conocido en Lima, nos llevaron a recorrer en carro la ciudad. Visitamos La Candelaria y el bohemio Chorro de Quevedo, donde probamos la chicha colombiana (muy rica según Flor, un asco para Leti).



Después seguimos el paseo por los barrios más "pinchados" (chetos) donde viven los "gomelos" (chetos) y vimos el atardecer desde un mirador de los cerros orientales. Acompañamos el momento con unos "canelazos" (aguapanela caliente con canela y ron o aguardiente). De ahí seguimos hasta la llamada Zona Rosa, donde se mueven los chicos "play" (chetos) y donde encontramos una peluquería de Giordano. Cenamos comida mexicana y, para cerrar la noche, pasamos a buscar a Pablo y rastreamos algún lugar abierto donde tomar cerveza en un viernes "santo".
Fue una jornada muy divertida, no paramos de reirnos con Clau y Andrés. Unos genios.


Sábado 11 de abril

Otro riquísimo desayuno y ¡visita al súper! iupiii! Después, Pablo nos acompañó todo el día: empezamos por el bonito barrio de Usaquén, donde almorzamos un menú.



Y seguimos en el Museo del Oro, donde la flasheamos. Hicimos la recorrida con un guía genial que nos habló de los rituales chamánicos, la cosmogonía de los indígenas, la manera en que trabajaban el metal y sus significados. Buenísimooooo.



Dimos unas vueltas más y volvimos a casa. Celebramos la última cena con comida típica: unas arepas con queso acompañadas de exquisita taza de chocolate caliente.



Y aquí termina mi participación en este maravilloso, siempre sorprendente y relajado, viaje latinoamericano.
La dejo a Florcita continuar el relato de sus aventuras y me desp
ido con una lágrima, ya desde mi Buenos Aires querido.
Let

2 comentarios:

  1. bienvenida, Let. Te estamos esperando....
    Flor, que siga todo asi de hermoso.

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  2. Los fans de trapitos al sol, queremos actualizaciones!!!

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